Serie de historias tan mínimas como deliciosas, con el infinito cada vez más cercano…
Una propuesta sencilla nacida en un momento insólito: unir una historia corta que contenga la palabra «infinito» a una imagen creada o buscada, fotografiada o dibujada. Una acción para hilar al infinito desde lo cotidiano, surgida cuando nos encontramos en pleno confinamiento, momento en el que experimentamos los límites reales más que nunca, con una necesidad profunda de trascenderlos. ¿Qué mejor manera que creando colectivamente?
Se trata pues de una propuesta colaborativa en la que participa mucha gente cercana a mí. Indudablemente -para quienes me conocen- está muy relacionada con «Hilando al Infinito», pero esta vez sin algoritmos. Hay una primera minihistoria que escribo y comparto en Facebook un tiempo antes, invitando abiertamente a que quien quisiera me escribiera la suya a continuación. Entonces aparecen en cadena varias minihistorias que poco después, animada por mi amiga Maite, transformo en una primera entrega de minihistorias en formato audiovisual, con la participación generosa de todas las personas que en su día entraron en mi muro de FB. Y, como era de esperar, en esto de perseguir lo ilimitado, una vez que empiezas…
14 de abril – Primera entrega
27 de abril – Segunda entrega
En esta segunda ocasión los participantes hemos compartido -previamente y de manera virtual- la tarde del 15 de abril con Carlos Costa (contrabajista, profesor de música y licenciado en Teología), atendiendo a su charla “Sobre Olivier Messiaen y la pasión de escuchar”. Por ello se añade una nueva premisa: partir de lo aprehendido en esa comunión.
9 de mayo – Tercera entrega
17 de mayo – Cuarta entrega
Afortunada de contar con personas que transforman encierros en universos, lo cotidiano en inolvidable, lo pequeño en especial…
Gracias Javier, Maite, María, Beatriz, Miguel Ángel, Paloma, Dulce, Antonio, Carlos, Félix, Juan Manuel, Conchi, Pablo, Gustavo, Cintia, Anabel y Emma por seguirme en esta invitación. Mientras hilaba con ustedes me sentía despierta, libre, llena de ilusión y esa sensación queda, la guardo con una sonrisa que nace desde dentro.