Había algo, una llamada, un mensaje muy íntimo. Algo cercano, familiar y, a la vez, ligeramente inquietante. Como un espejo al fondo de una estancia sin apenas luz, que reflejara solo sombras pero reconocibles, un eco oscuro. Como si entrara al otro lado de ese espejo.
F. Baena (2016) Eco oscuro. Performance. IVAM Institut Valencià d’Art Modern.
Sinopsis
En el laberinto cargado del devenir de pensamientos y emociones derivados de letanías sobre el infinito… ¿dónde están mis límites?, ¿estoy sola?, ¿reconozco mi reflejo?, ¿me rindo?
FICHA ARTÍSTICA
Dirección, coreografía e interpretación: Judit Mendoza.
Grabación y edición de vídeo: Pablo Benedicto.
Música y producción musical: César Martín.
Mezcla y masterización: Peter Ericsson.
Poema y recitado: Joaquín Artime y Judit Mendoza. Idioma encriptado con el algoritmo de «Hilando al Infinito».
Localización: “Per speculum in aenigmate” – Joaquín Artime y Judit Mendoza. Intervención artística en el Laberinto de Espejos del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife.
Año de producción: 2017
Duración: 7’14»
La vídeodanza “Enigma” es fruto de una colaboración multidisciplinar surgida en el seno del proyecto “Hilando al Infinito” y donde se unen artes plásticas, música, danza y matemáticas.
El escenario es un laberinto de espejos intervenido: la obra “Per speculum in aenigmate”. Como escenografía influye en la creación de la videodanza proporcionando una estética cargada de referencias complejas. Letanías (frases repetidas sin fin que evocan el infinito) selladas sobre 145m2 generan una malla de texto engarzada por la que transitar. Cada espejo se impregna con la esencia de las identidades reflejadas.
El espacio se va transformando con nuevas capas de contenido y nuevos límites que alimentan la percepción de la bailarina. La concepción de la coreografía se va forjando en el cuerpo desde la creación de la escenografía. La bailarina observa cómo cada individuo que participa en la escritura de su espejo construye su “letanía”, cómo se enfrenta a su reflejo, y cuál es el posterior resultado de su aportación, la del artista visual, y la suya propia. Cada espejo se impregna con la esencia de todas las identidades en él reflejadas, selladas a rotulador de tiza con la “letanía”. Los reflejos comienzan a transformarse paulatinamente hasta dar paso a mallas de letras entre las que el individuo se entrevé.
El movimiento del cuerpo se alimenta del proceso y la experiencia sensorial en la instalación “Per speculum in aenigmate”. La coreografía se afronta como un respirar el peso de la obra, enfrentarse al propio reflejo, a la búsqueda sin salida dentro de un espacio que limita y que, por momentos, ahoga. La experiencia modifica su cuerpo, su ritmo, su danza, su anhelo.
La cámara acompaña como un testigo, presente en todo momento mientras se transita el laberinto intervenido con las “letanías” del infinito, ecos y reflejos quedan atrapados en las caligrafías y en los huecos que ellas dejan. La imagen es captada de modo impúdico, sin ser apreciada, en silencio, para que no se descubra su presencia voyeur frente al momento de crisis, la más profunda intimidad de la intérprete.
El espacio sonoro es un spoken-word creado a partir de dos poemas sobre el infinito, traducidos a un idioma inventado, por encriptación mediante el algoritmo original de “Hilando al Infinito”. La música hace de hilo conductor en el tiempo, potencia cada una de las partes de la videodanza e integra el espacio sonoro de la instalación, comprendiendo la esencia de cada instante.
Con el infinito como concepto de partida, en el resultado final se alcanzan otras cuestiones como la búsqueda y la identidad, entendiendo el reflejo como una imagen llena de incógnitas. “Enigma” propone una adivinanza, un rompecabezas sin solución. Sus imágenes llenas de tenebrismo contemporáneo, remiten al escenario de lo teatral, pero es la actitud de la bailarina, contenida y rotunda, la que provoca una extraña sobriedad que nos conduce a otro espacio donde se encripta y desestructura la realidad.